10 consejos básicos de Amarpies para cuidar de tus pies

Nuestros pies, con 26 huesos, 33 articulaciones, 19 músculos y cerca de los 100 tendones y ligamentos, es una de las partes del cuerpo más importantes, y paradójicamente a la que menos atención prestamos. Hay muchos factores que hacen que sean importantes. Los pies son los responsables de mantenernos erguidos, los que nos permiten avanzar y caminar. Son los que nos proporcionan el equilibrio para evitar que con caigamos. Además de servirnos de vehículo, los pies soportan el peso de nuestro cuerpo, aguantando el desgaste diario y sufriendo las consecuencias de nuestros malos hábitos, esto hace que la mayor parte de las personas, muchas veces sin saberlo, cuenten con problemas podológicos que pueden influir en su calidad de vida.

Según datos proporcionados por la Asociación Española de Medicina y Cirugía del Pie y Tobillo, el 70% de la población española padece algún problema en los pies, pudiendo haberse prevenido. Un calzado inapropiado no sólo afecta directamente al bienestar del pie, también puede impactar en el funcionamiento y salud de las articulaciones, la columna vertebral, o las cervicales. De hecho, es sabido que muchas de las deformaciones de los pies y de las patologías del aparato locomotor y circulatorio son consecuencia de haber empleado un mal calzado durante largos períodos de tiempo. Un calzado cómodo, diseñado en base a criterios ergonómicos y con materiales de calidad, como el de Amarpies, cuidará de nuestra salud y nos reportará el cuidado que necesitamos. 

Recomendaciones para el cuidado de los pies
Cuidar los pies en invierno

¿Qué consejos seguir para cuidar de tus pies?

Además de apostar por un calzado de calidad, resulta importante saber cómo cuidar los pies para mantenerlos siempre saludables. Desde Amarpies te damos algunos consejos básicos para que lo consigas:

1. Asea tus pies a diario. Asegúrate de lavar bien los tobillos, las plantas, las uñas y los espacios entre los dedos.

2. Sécalos concienzudamente. El exceso de humedad y el calor, así como los restos de jabón, favorecen la proliferación de hongos y bacterias, por lo que es importante prestar especial atención al espacio entre los dedos y dedicar un tiempo a dejar los pies bien secos antes de ponernos cualquier calzado.

3. Hidrata todo lo que puedas. Aplica una buena crema hidratante después del lavado, sobre todo en los talones, la zona del pie que más se reseca y en la que pueden aparecer grietas. Emplea un producto adecuado según el estado de tu piel.

4. Realiza un masaje cuando apliques la crema. Aprovecha el momento de aplicar la crema hidratante para realizar un pequeño masaje por todo el pie, abarcando desde el talón hasta el tobillo y con dedicación a la planta y el empeine.

5. Presta atención a la pedicura. No dejes que las uñas crezcan en exceso y córtalas siempre con forma recta/cuadrada para evitar que produzcan problemas al crecer.

6. Emplea calcetines de materiales naturales. Apuesta por prendas elaboradas con materiales como el algodón, en lugar de las que contengan fibras sintéticas, que impiden la correcta transpiración. Así mismo, haz lo posible por evitar las costuras muy marcadas que ejerzan presión o roces sobre la piel.

7. Usa calzado, cómodo y adecuado a ti. Utiliza un calzado flexible, transpirable, de anchura adecuada a tus pies. Y que te resulte cómodo. Busca aquellos zapatos que tengan una planta acolchada o, en su defecto, utiliza una almohadilla plantar sintética para evitar sobrecargar tus pies. Los tacones altos y estrechos deben evitarse dentro de lo posible.

8. Realiza ejercicios con regularidad. Es importante mantener los músculos, articulaciones y tendones de los pies activos. Para trabajarlos, estira y recoge a menudo los pies, mueve los dedos y gira los tobillos.

9. Protege tus pies en espacios públicos. Para evitar las infecciones por hongos o verrugas, protege tus pies utilizando chancletas o escarpines de goma en zonas húmedas de uso público como las piscinas. Tampoco es recomendable compartir las herramientas para cortar las uñas, ni siquiera con otros miembros de la familia.

10. Consulta a tu farmacéutico acerca de soluciones podológicas. Existen productos diseñados para aliviar los dolores provocados por las distintas patologías: almohadillas plantares, protectores antifricción, dediles y separadores para callos, taloneras… El farmacéutico podrá asesorarte acerca de los más adecuados a tus necesidades.